El arequipe es un dulce típico colombiano que se consume en la mayoría de América Latina. Se hace a base de leche y azúcar, y es utilizado comúnmente en preparaciones de panadería y repostería. También se puede untar o comer solo. Su versatilidad y sabor, para muchos, hace de esta golosina algo muy apetitoso y, en ocasiones, que sea imposible comer solo un bocado.
El doctor Leonardo Palacios, neurólogo y profesor de la Universidad del Rosario adscrito a Colsanitas explica que “En el cerebro se genera la sensación de placer gracias a la dopamina, el mismo neurotransmisor que se activa cuando comemos algún producto azucarado o cuando estamos enamorados” El arequipe al estar compuesto en su mayoría por azúcar, se convierte en un proveedor de dopamina y por ende de placer.
Así mismo, la doctora Mónica Olarte, nutricionista adscrita a Colsanitas indica que “La dopamina liberada con ese primer bocado de arequipe hace que el cuerpo quiera repetir el estímulo con otra cucharada más”. Aunque se vea tan sencillo como comer una cucharada y querer repetir el estímulo, el proceso es más interesante. Por ello, el doctor Palacios y la doctora Olarte, explican paso a paso qué pasa en el cuerpo cuando comemos arequipe.
* Una vez se ingiere el arequipe, se activan dos procesos en el cuerpo, uno en el cerebro y otro en el sistema digestivo.
* Las más de 10 mil papilas gustativas perciben los sabores y envían mensajes al cerebro para que interprete lo que se siente: gusto, desagrado o remembranza.
* Comienza la digestión del azúcar con la ayuda de la enzima amilasa salival.
* En el cerebro se genera la sensación de placer gracias a la dopamina.
* En el intestino delgado, el duodeno digiere el azúcar, convirtiéndola en glucosa gracias a las enzimas digestivas.
* La glucosa es liberada en la sangre, al tiempo que se produce insulina en el páncreas, lo que permite que el hígado procese la glucosa hasta convertirla en un glucógeno, es decir, una reserva de azúcar.
* La insulina funciona como una llave que abre la puerta de todas las células del cuerpo y permite que la glucosa entre en ellas para que pueda ser utilizada como energía.
En resumen, entra en juego el sistema digestivo que se encarga de disolver y digerir el azúcar, mientras en el cerebro ocurre una explosión de sensaciones que nos lleva a querer repetir siempre la experiencia de comer una cucharada de arequipe.
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